Durante las últimas décadas, el fantasma de William Hendershoot reaparece de manera irregular, en distintos países y en distintas lenguas, resistiéndose a la muerte de la misma manera que las historias de la literatura oral se resisten al olvido.
Todo comienza en 1945 cuando un guión de Hendershoot se convierte en la película Home Sweet Home, estrenada en la desparecida sala One Hundred Tales, en los Angeles. La productora Columbia Pictures censura el guión, lo corta y cambia el final previsto por Hendershoot, convirtiéndolo en un clásico happy end. Hendershoot no acude al estreno, muy al contrario, escribe tres artículos en el Houston Herald denunciando el dominio de las productoras sobre actores y guionistas.
Los artículos en contra de Columbia acaban volviéndose contra él. Durante el McCarthysmo, Hendershoot se ve obligado a huir a Europa.